Las fibras antifisuramiento, por otro lado, representan elementos utilizados en la construcción con el propósito de mejorar la resistencia y durabilidad del concreto, evitando así la formación de fisuras y grietas. Estas fibras, generalmente fabricadas a partir de materiales como polipropileno o fibra de vidrio, se incorporan a la mezcla de concreto durante el proceso de preparación. La función principal de estas fibras es reforzar la estructura del concreto, reduciendo la propagación de fisuras y aumentando su capacidad de soporte de carga. Las fibras antifisuramiento demuestran ser particularmente útiles en áreas donde la resistencia a tensiones y movimientos es crucial, como en pavimentos, revestimientos y elementos estructurales. La incorporación de estas fibras proporciona una mejora significativa en la capacidad del material para resistir impactos, contracciones y expansiones térmicas. En resumen, las fibras antifisuramiento constituyen una adición eficaz para fortalecer el concreto y prevenir la formación de grietas, contribuyendo así a la longevidad y estabilidad de las estructuras construidas.