El bronce, una aleación compuesta principalmente por cobre y estaño, aunque con la posibilidad de incorporar otros elementos en distintas proporciones, presenta una gama de tonos desde dorados hasta marrones rojizos. Su composición se adapta a la aplicación específica para la que se destine. Gracias a su maleabilidad, puede fundirse y moldearse fácilmente en diversas formas, lo que lo convierte en un material idóneo para la elaboración de estatuas, campanas, piezas de maquinaria y herramientas.