Protección contra el clima: Ayuda a protegerla contra la intemperie y el deterioro causado por la lluvia, el viento y el sol.

Mejora en la apariencia estética: Resaltar los colores naturales y las texturas de la piedra, lo que mejora su aspecto estético.

Facilidad de mantenimiento: Reduce la necesidad de limpieza y mantenimiento, ya que se evita que la suciedad y las manchas se adhieran a la piedra.