Los sistemas de gas centralizado se refieren a infraestructuras que suministran gas a múltiples usuarios desde una fuente central. En este contexto, el gas puede ser natural o licuado, y se distribuye a través de tuberías a hogares, edificios comerciales o industriales. Este enfoque centralizado facilita la gestión eficiente del suministro, mantenimiento y control de la distribución de gas. En entornos residenciales, el gas centralizado a menudo se utiliza para calefacción, cocina y agua caliente. En instalaciones comerciales e industriales, puede ser una fuente energética para diversos procesos. Este sistema permite una mayor flexibilidad en la asignación y regulación del suministro de gas, optimizando el uso de recursos y facilitando el acceso a los usuarios conectados a la red. Además, la centralización suele permitir una supervisión más efectiva de la seguridad y la calidad del suministro de gas en comparación con sistemas descentralizados.