La remodelación de una oficina implica actualizar y reorganizar el espacio de trabajo para mejorar su funcionalidad, estética y comodidad. El proceso comienza con una evaluación de las necesidades y objetivos, como la optimización del espacio, la mejora de la iluminación o la actualización de los muebles. Se desarrollan planos de diseño que incluyen nuevas distribuciones, materiales y acabados. Luego, se realizan trabajos de demolición y remodelación, que pueden incluir la reconfiguración de particiones, la instalación de nuevos sistemas eléctricos y de climatización, y la renovación de suelos y paredes. Finalmente, se añaden acabados decorativos como pintura, revestimientos y mobiliario. El objetivo es crear un entorno de trabajo que sea eficiente, moderno y agradable para los empleados.