Reparación de grietas: Realizar inspecciones periódicas para identificar y reparar cualquier grieta en las paredes de la iglesia.

Pintura: Aplicar una capa de pintura protectora para prevenir el deterioro y mejorar la estética.

Limpieza regular: Eliminar el polvo, la suciedad y posibles manchas de las paredes para mantenerlas limpias y bien conservadas.

Control de humedad: Monitorear y abordar cualquier problema de humedad que pueda afectar las paredes, ya que la humedad puede provocar daños estructurales y la formación de moho.

Inspección de la estructura: Realizar inspecciones estructurales para identificar posibles problemas, como desprendimientos de revestimiento o debilidades en la construcción.

Mantenimiento del revestimiento: Si la iglesia tiene algún tipo de revestimiento exterior, asegurarse de que esté en buen estado y reparar cualquier daño o desprendimiento.

Cuidado de las superficies: Proteger las superficies de las paredes de posibles daños, como golpes o arañazos, especialmente en áreas de alto tráfico.

Podar vegetación cercana: Mantener la vegetación alrededor de las paredes bajo control para prevenir daños causados por raíces invasivas o acumulación de humedad.

Reparación de elementos arquitectónicos: Identificar y reparar cualquier elemento arquitectónico, como cornisas o molduras, que pueda haber sufrido daños.

Seguimiento de recomendaciones profesionales: En caso de contratar servicios profesionales para el mantenimiento de las paredes, seguir las recomendaciones y consejos proporcionados por expertos en restauración y conservación.