Con la ayuda de un recipiente medidor, añade la mitad de vinagre blanco y la otra mitad, o algo menos pero mínimo un tercio del volumen total, de bicarbonato de sodio.
Esta mezcla generará un burbujeo inmediato, por lo que tendrás que verterlo rápidamente en el desagüe.
Con la efervescencia creada, facilitará la eliminación de hojas secas, tierra, pelos y otros restos de suciedad en las tuberías.
Deja que la mezcla actúe toda la noche o, al menos, deja pasar unas 6 horas.
A la mañana siguiente, vierte una gran cantidad de agua tibia para arrastrar todos los restos que estaban atascando el drenaje.
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