El mantenimiento de inmuebles se refiere al conjunto de actividades planificadas y ejecutadas para preservar, conservar y asegurar el buen estado físico y funcional de una propiedad a lo largo del tiempo. Estas actividades pueden incluir inspecciones periódicas, reparaciones, limpieza, pintura, reemplazo de componentes, mantenimiento de sistemas (como fontanería, electricidad, aire acondicionado, etc.), control de plagas, jardinería y otras tareas necesarias para mantener la seguridad, la habitabilidad y la estética de la propiedad.